yo no tengo miedo ,mama
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Yo no tengo miedo, mama
La otra Humanidad
Introducción
La vida misma se encarga de lanzarnos desafíos a
diario y en momentos como estos, cuando una enfermedad nos
sorprende, es cuando tomamos la decisión de aceptarlo o dejarlo ,
esto nos recuerda que no somos meros
espectadores, sino narradores de nosotros mismos , actores (protagonistas) de
nuestras propias vidas. Vida que tejemos nosotros con nuestra actictud. A
través de ella vamos atrayendo y
construyendo nuestras relaciones, la suma de experiencias vitales que
forma parte de nuestra humanidad. La calidad de este tapiz o
telar de mi vida que, he estado hilando en todos estos años,
cincuenta ya, repleto de vínculos; está tejido con nuestro proceder,
dependerá de nosotros, de nuestra sensibilidad, nuestros sentimientos, todo y
cada una de las situaciones que queremos vivir. Algunas veces nos toca
atravesar lugares muy oscuros, que podemos iluminar con el amor por
los seres que nos rodean, marcando un camino dorado de crecimiento enriquecedor.
Nos vamos dando cuenta con el tiempo a quienes queremos tener
en este tapiz de la vida, a quienes no queremos que sigan ahí, que
colores nos gustaría plasmar, que mensaje queremos dejar. La vida es un tapiz
que vamos tejiendo con los hilos de nuestros vínculos, con quienes nos
relacionamos, o elegimos conectarnos en diferentes sentimientos. El
amor es el primer sentimiento que debemos tener a mano para comenzar nuestra
historia, para que nuestro tapiz se vea de forma creativa y brillante. Todo es
modificable, podemos dar en algún momento algunos hilados más
oscuros que otros, de eso se trata. Pero de nosotros depende como
queremos terminar este tapiz, nuestro tapiz de la vida. Yo aprendí a
hilar con hermosos colores en una etapa de mi vida, luego todo fue cambiando
muy lentamente, permitiendo que se incorporen los colores más oscuros,
los ocres, de a poco, a veces por necesidad, otras sin darme
cuenta. Antes de esta situación de vida que me tocó vivir, o que elegí ,las
primeras hiladas parecían hechas con apuro unas mas desprolijas que otras,
tramas enredadas, anudadas. Cuando el inmenso amor o amor profundo
apareció con la llegada de mi hija volví a hilar con los
colores del afecto, ternura, devoción y la confianza, una confianza
salvadora que hoy me permite dejar un tapiz lleno de colores que emanaron de un
sentimiento renovador; una vida repleta de hilados armoniosos, de amigos
elegidos por el corazón, cada uno con sus colores, llegando a mi vida de
maneras inesperadas. Ese amor que vino creciendo he hilándose en el
transcurso de mi vida, hoy me permite dejar a mi hermosa hija una historia que
si bien por momentos predominaban los colores negros, la luz fue
más afanosa, permitiéndonos ver el camino con mayor claridad. Ahora la
luz esta también en su camino, un camino que ella sabrá ver desde una más temprana
edad con el corazón, será el
único que la guie con sabiduría en la vida que ella elija
vivir.
Para mi hija Aranza
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